domingo, 19 de agosto de 2018

Libros rematados



Desde las 10:00 horas del viernes 30 de mayo hasta las 20:00 horas del domingo 1° de junio se realizó en el Centro Cultural y Social Veracruzano, en Coyoacán, el primer Remate de Libros Veracruzanos publicados por la Universidad Veracruzana, el Instituto Veracruzano de Cultura y la Editora de Gobierno. De acuerdo con la información recibida, la universidad logró recaudar unos siete mil pesos por la venta de unos 500 libros, como Rastros y rostros de José Iturriaga, El libro de los elogios, de Alberto Manguel, Los Negros de Jean Genet y El rey Lear de William Shakespeare, ¿Te acuerdas de Rulfo, Juan José Arreola?, de Vicente Leñero y la antología del cuento veracruzano. Por su parte, el IVEC aprovechó la oportunidad para "ofertar" La máscara y la voz de Waldo Leyva (premio Casa de las Américas 2010), o la novela El torturador de Saúl Ibargoyen (Premio Nacional de Poesía Carlos Pellicer 2002), El vértigo de la dicha, una antología poética compilada por Juan Domingo Argüelles, los cuentos de René Avilés Fabila reunidos en Lejos del edén, la Tierra, y los poemas del gran especialista beatnick José Vicente Anaya incluidos en Brota la vida en el abrazo. También un libro de relatos de Jaime Turrent y una colección poética de Esther Hernández Palacios (premio Testimonio Carlos Montemayor 2011), así como un poemario de Maliyel Beverido y su traducción de un poemario del saboyano Xavier de Maistre.] Además, se vendieron a precios normales también algunos libros publicados recientemente, por lo menos de la Editora de Gobierno. Se realizó en esa forma un esfuerzo para poner en circulación obras que se habían quedado embodegadas por diversos motivos, como la reducción de las librerías del país a menos de la mitad de las que operaban hace cincuenta años. Los organizadores señalaron además que en México se publican más de 20 mil libros al año, y muchos no se exhiben nunca en las librerías por motivos comerciales. La cadena Gandhi, por ejemplo, opera 27 librerías (12 en la capital del país y 15 en provincia, además de otras once en las tiendas del Palacio de Hierro, pero no acepta cualquier libro. Hace unos cinco años, traté de que vendieran mi libro La gata revolcada, pero no lo aceptaron porque no tenía código de barras. Ahora los libros publicados por el IVEC y la Editora de Gobierno ya tienen ese código, gracias a mis gestiones. Y como el año pasado se reeditó mi libro, se lo envié de nuevo a las librerías Gandhi, que esta vez lo analizaron y aceptaron. Desafortunadamente, no se le ha podido enviar a esa empresa porque la Editora de Gobierno no se ha dado de alta con Hacienda no tiene un Registro Federal de Causantes y no puede por eso expedir facturas. Se me ocurrió por eso que el IVEC, que sí tiene un Registro Federal de Causantes y puede por lo tanto expedir facturas, podría encargarse de la distribución de los libros impresos en la Editora de Gobierno. Se trata, al fin y al cabo, de dos dependencias del Gobierno de Veracruz. Como ciudadano y como escritor interesado en la distribución de mi libro, le expuse esta posibilidad al nuevo director del IVEC, Rodolfo Mendoza, pero me contestó que no puede comercializar libros publicados por otras dependencias del Gobierno de Veracruz, porque incurriría en usurpación de funciones. Obviamente, no se trataba de que lo hiciera sin el consentimiento de la Editora. Habría que establecer un convenio, pero ya se ve que el Maestro Mendoza no tiene muchas ganas de resolver el problema. Y así están las cosas. El remate de libros veracruzanos representa un esfuerzo importante para poner en circulación los libros embodegados, pero también hay que mejorar la distribución de las publicaciones de la universidad y el gobierno. ( La Jornadaveracruz. miércoles, junio 25, 2014)

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