domingo, 19 de agosto de 2018

El viejo Steinway de la Prepa




El piano Steinway de media cola que se encuentra en la Prepa merece que hagamos todo lo posible por conservarlo, pues en él tocaron pianistas de la talla de Flavigny, Reingaiser, y Claudio Arrau y está por eso ligado estrechamente a la historia de la música clásica en Xalapa y a esos días de neblina y de chipi chipi en que los conciertos se realizaban en el Cine Lerdo, y Juanote era el encargado de trasladar el instrumento de un lado a otro.
El problema es que el Colegio Preparatorio no tiene presupuesto para mandar afinar y darle mantenimiento al piano, que siempre se guardó en el Salón de Actos, pero era el gobierno del estado el que pagaba el traslado y afinación y, como luego se compraron otros pianos, el viejo Steinway se quedó prácticamente abandonado en la Prepa.

Hace como siete años logré que le dieran una “manita de gato”, gracias a Guillermo Zúñiga que era el titular de la Secretaría de Educación y Cultura y aprecia esas cosas, pero desde entonces, nadie se ha vuelto a preocupar por el piano y como el tiempo no pasa en vano ya es necesario mandarlo afinar y darle mantenimiento, pero sobre todo hay que tocarlo porque esa es la mejor protección contra la polilla.
Hace unos meses leí en una revista francesa un artículo emocionante acerca de la restauración de uno de los pianos que desembarcaron en las playas de Normandía con las tropas de los Aliados, pues como veinte meses antes del desembarco, el ejército americano le hizo un pedido a la casa Steinway de cuatro mil pianos verticales concebidos para resistir todos los porrazos imaginables y pintados de verde kaki (como un jeep), que pesaban unos 250 kilos y en las fotografías parecen de metal.
A pesar de que eran muy resistentes, al parecer ya sólo queda un ejemplar, que se encontraba en la base aérea de Evreux , cuando el general de Gaulle solicitó el retiro de las tropas americanas acantonadas en el exágono en 1966 y 67. El Steinway W1.747, ahora llamado “piano de la Victoria”, se remató y alguien lo heredó luego y finalmente lo vendió al Museo de la Paz en Caen por 3 mil euros.
El piano ha sido restaurado por un técnico Steinway formado en Nueva York, que cambió toda la maquinaria con piezas compradas a Renner, en Alemania, que es uno de los proveedores de la empresa. La restauración costó 9 mil euros – el triple del precio de adquisición – y requirió quinientas horas de trabajo, pero ahora es una joya del museo, donde ya ha servido para varios conciertos de jazz.

Tal vez no podamos darnos el lujo de restaurar el piano de la Prepa de igual modo, pero al menos hay que mandarlo afinar y darle mantenimiento, aprovechándolo para familiarizar a los estudiantes con la música de concierto, pues como dije antes la mejor forma de preservarlo es usarlo. Por suerte, hace unos días se realizó un recital organizado por Obed Hernández, pero otros jóvenes también deberían usarlo y por lo demás yo creo que el instrumento debería quedar a cargo del Instituto Veracruzano de Cultura o la Dirección de Actividades Culturales de la Secretaría de Educación y Cultura. En todo caso, urge usarlo.

(Política, 21 de diciembre 2004)

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