domingo, 19 de agosto de 2018

El nombre del IVEC


Para tranquilizar a quienes rechazan la iniciativa de Ley para la Cultura y las Artes que presentó a la Legislatura el diputado Atanasio García, algunos artistas que participaron en la elaboración del proyecto señalan que el IVEC tiene un Consejo Directivo, integrado por nueve personas, incluyendo al director, pero estos consejeros son designados por el gobernador y lo que ellos pretenden es simple y sencillamente que sean elegidos por los artistas. Por eso, la desaparición del IVEC "sería más bien de nombre"1, es decir que ese organismo subsistiría con algunas reformas pero se llamaría Consejo Veracruzano para la Cultura y las Artes o COVECULTA.

¿Para qué cambiarle el nombre al IVEC? ¿No bastaría con reformarlo? El nombre del COVECULTA es una copia de CONACULTA o Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, un organismo creado por el innombrable y que ha sido rechazado por los artistas de la capital y los antropólogos e historiadores que tienen a su cargo el patrimonio cultural del país, y en cambio el nombre del Instituto Veracruzano de Cultura no tiene esa connotación.

Hay que recordar además que en su momento el nombre del CONACULTA se criticó por lo redundante, pues ¿No forman las artes parte de la cultura? Debido a eso en Monterrey se llamó CONARTE al organismo correspondiente. El cambio de nombre del IVEC respondería entonces a necesidades “políticas”, es decir a la costumbre de hacer cambios sexenales, una costumbre que originó el FONAPAS, el CREA y otros organismos ya desaparecidos y olvidados y que nos ha impedido consolidar las instituciones.

A diferencia de las universidades de Oxford y Cambridge, Princeton y Harvard, que conservan los nombres con que se fundaron hace ya siglos, la Real y Pontificia Universidad de México, que fue la primera o segunda del continente, ahora se llama Universidad Nacional Autónoma de México, lo que revela tal vez una tendencia a darle demasiada importancia a los adjetivos. Desde luego, la universidad ya no es igual, pero Princeton también ha evolucionado – hace décadas que ya se admiten mujeres, para mencionar un cambio – y no por eso cambió de nombre.

En vez de aumentar el presupuesto del INAH y del INBA, fundados en 1938 y 1946 respectivamente, hace unos años se estableció el CONACULTA, que es una especie de injerto del British Council y el National Endowment for the Arts, para remplazar a la Subsecretaría de Cultura que alguna vez tuvo a cargo Aguirre Beltrán, con lo que sobre todo creció la burocracia, no las partidas destinadas a sufragar la conservación del patrimonio y las actividades culturales, y por eso los artistas del INBA y los antropólogos e historiadores del INAH han hecho todo lo posible para que desaparezca ese organismo y se oponen a la Ley “Sari” con que se pretende legitimarlo...

El diputado García y los artistas que participaron en la elaboración de la iniciativa de ley consideran que quienes la rechazan lo hacen por “desconocimiento”, porque no se han tomado la molestia de leerla, pero aquí ya la seguiré analizando. 


(Política, viernes 3 de marzo 2006).


*Véase la nota de Lupita López http://www.alcalorpolitico.com/notas/notas.php?nota=arte060226.htm

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