De acuerdo con las notas de prensa
que he leído, la Colección Biblioteca del Universitario se debe a una idea del
rector Raúl Arias Lovillo y su asesor Jorge Medina Viedas en 2006, pero luego
se involucró a Pitol. Sin embargo, la selección de las obras que la integran no
me parece que haya sido hecha completamente por el escritor, aunque incluye
algunos de sus títulos predilectos. No es claro por qué obras como Los
parientes ricos, de Rafael Delgado, y El hombre de la situación de Manuel Payno
o Baile y cochino de Tomás Cuéllar aparecen junto a clásicos como Cumbres
borrascosas y las Novelas ejemplares, de Cervantes, por lo que la colección
resulta muy dispareja. No se escogieron además las obras más apropiadas para
iniciar a los estudiantes en la literatura, salvo en algunos casos como el de
El Dr. Jekyll y Mr. Hyde, de Stevenson o Bola de Sebo y otros cuentos de
Maupassant. Todo parece indicar que algunos profesores e investigadores que circulan
alrededor de Pitol maniobraron para que se incluyeran obras que han estudiado,
como en el caso de Esther Hernández Palacios, de quien la UNAM publicó una
antología de las crónicas de Tablada. Los libros incluyen, por cierto, un
prólogo que en el caso de Tirano Banderas, de Ramón del Valle-Inclán y Emilio
de Rousseau, se le encargó a Juan Villoro, cuyos escritos no me parecen muy
afines a esas obras. La mayoría, sin embargo, se repartieron entre
investigadores y profesores relacionados con el Premio Cervantes, como Rodolfo
Mendoza, que tiene por cierto a cargo la colección Sergio Pitol, traductor, a
quien se le encargaron Bartleby el escribiente y otros cuentos, de Melville, y
Cumbres borrascosas., de Emily Brontë. El Maestro José Luis Martínez Suárez, ex
director de la Facultad de Letras y ahora Coordinador del Area de Humanidades,
aparece como autor del prólogo de Cuatro novelas ejemplares, de Miguel
Cervantes, y El retorno de Casanova, Arthur Schnitzler, el Dr. Manuel Sol
Tlachi no sólo prologó Visión de Anáhuac y otros textos, de Alfonso Reyes, sino
también El hombre de la situación, de Manuel Payno, una de sus obras
predilectas. Mario Muñoz se las arregló para que se incluyera en la colección
su Antología del cuento mexicano de la segunda mitad del siglo XX , y
posteriormente se incluyó otra antología, ahora de los Contemporáneos. La
colección está integrada por obras literarias, pero perdió por completo la
compostura cuando se incluyó El origen de las especies, de Charles Darwin, para
que la prologara el Secretario académico, Porfirio Castillo. La selección, en
fin, no se le puede achacar a Sergio Pitol, porque otras personas metieron su
cuchara, y el resultado es un desbarajuste.
Por otra parte, se eligieron
obviamente obras cuya publicación no implicaba problemas relacionados con los
derechos de autor, pero de cualquier modo resulta injustificable que sólo se
incluyeran títulos de autores mexicanos y se dejara fuera a los otros
escritores hispanoamericanos. A pesar de todo esto, no era mala la idea de
publicar algunos libros con un tiraje de 17 mil ejemplares, de los que la
mayoría se entregaron de manera gratuita a los estudiantes de nuevo ingreso y
sólo 2 mil se comercializaron a precios reducidos.
Habría que
relanzarla, creo yo, pero con obras diferentes, y sin prólogos.
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