Hay que agradecerle a las socias del club de Amigas de María Enriqueta todo lo que han hecho por conservar esa casa y el recuerdo de la escritora, pero creo yo que la mejor forma de honrar tanto a la escritora como a Rafael Sánchez sería convertirla en residencia temporal de algún escritor o escritora.
Hace unas semanas tuve la oportunidad de compartir un almuerzo en la Cabaña del Tío Yeyo con el gobernador Fidel Herrera, Adolfo Mota, el presidente municipal y otros integrantes del ayuntamiento coatepecano y aproveché la oportunidad para sugerir que se aproveche la Casa de María Enriqueta para invitar a algún escritor durante un período de seis meses o un año a condición de que escriba algo acerca de Coatepec.
La idea es lanzar una convocatoria y que el comité de damas que actualmente administra la casa o Museo de María Enriqueta elija luego a uno de los candidatos, que además podría obtener alguna beca del IVEC como escritor residente.
Algo semejante se hace con otros sitios parecidos como la casa del humorista y dibujante James Thurber --- The Thurber House – en Columbus,Ohio, que se conserva como una especie de museo dedicado a ese escritor, conocido por sus colaboraciones en la revista The New Yorker y en español por algunos cuentos de antología como “El unicornio en el jardín” y “El nido del zorzal”.
En México la Casa Refugio Citlaltépetl, que se estableció en 1999, con el apoyo del Parlamento Internacional de Escritores, ha recibido a cinco escritores perseguidos procedentes de tres continentes --- al novelista serbio Vladimir Arsenijevic, el novelista argelino Mohamed Moulessehoul, seudónimo de Yasmina Khadra, y al pintor y caricaturista birmano Min Kyaw Chiang, así como al poeta albano-kosovar Xhevdet Bajraj y el poeta y músico chadiano Koulsy Lamko.
El proyecto no consiste sólo en recibir escritores en la casona de Citlaltépetl 25 en la colonia Condesa, pues además se les ofrece a los escritores una estancia de uno a dos años y una asignación mensual de 17 mil pesos, otorgada por el Fonca. En mi opinión algo parecido se podría hacer con la casa de María Enriqueta. Además, Jorge Saldaña, que compró y restauró el chalet de Matus, me comentó que lo pensaba vender al gobierno o a la universidad para que se usara como residencia de algún escritor.
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