domingo, 19 de agosto de 2018

Reingeniería e incógnitas


La llamada “reingeniería” ha generado incertidumbre entre la comunidad artística y los trabajadores de las dependencias del sector cultural, pues la iniciativa de reformas y adiciones a la ley orgánica del poder ejecutivo presentada por el gobernador a la Legislatura únicamente explica que algunas dependencias de la Secretaría de Educación y Cultura pasarían a integrarse a la nueva Secretaría de Turismo y Cultura, pero nada se dice del organigrama de esa nueva dependencia. 

No se sabe, por ejemplo, si habrá una Subsecretaría de Cultura, que coordine a Radio televisión de Veracruz, al Instituto Veracruzano de Cultura, al Instituto Superior de Música, al Consejo Veracruzano de Arte Popular, al Instituto Superior de Música y a la Dirección de Actividades Artísticas y Culturales, ni si esta última dependencia desaparecería al incorporarse al IVEC, o éste también desaparecería para dar lugar a una nueva estructura.

Por si fuera poco, el diputado Atanasio García ha presentado a la Legislatura una iniciativa de Ley de Fomento a la Cultura y las Artes, elaborada por un grupo de artistas y promotores culturales, en la que propone la creación de un Consejo Veracruzano para la Cultura y las Artes, que reemplazaría al IVEC y absorbería no sólo a los grupos artísticos que maneja la Dirección de Actividades Artísticas y Culturales, además de la Orquesta Sinfónica Infantil y Juvenil, que dirige el maestro José Alberto Morales, y al Ágora, que actualmente dependen del DIF.

Este Consejo, por cierto, no formaría parte de la Secretaría de Turismo y Cultura, pues a los artistas e intelectuales veracruzanos no les agrada en absoluto que la cultura se supedite al turismo, eso está muy claro.

El caso de la Dirección de Actividades Artísticas y Culturales resulta especialmente complicado porque esa dependencia, que actualmente se encuentra a cargo de la maestra Maruchi Bravo, maneja numerosos grupos artísticos, como la orquesta de guitarras de Alfonso Moreno, cuyos integrantes pueden resultar perjudicados. 

El problema estriba en que con muy contadas excepciones –el cuarteto de cuerdas de Pepe Arias y el Dúo Praga -- los integrantes de los grupos artísticos reciben becas, es decir que se les contrató temporalmente, no tienen prestaciones ni seguridad en el empleo, y su situación es irregular, y ni en la “reingeniería” ni en la iniciativa de Ley de fomento a la cultura y las artes se ha contemplado su situación ni la de otros artistas que tuvieron becas durante el año pasado y no saben a quién dirigirse para solicitar su renovación.

La “reingeniería” podría ser una oportunidad para regularizarlos y otorgarles algunas prestaciones sociales como gastos médicos, que no reciben como becarios, y el INBA podría servir de modelo para ello debido a que tiene como dependencias varios grupos artísticos como el Ballet Nacional de México y además un grupo de concertistas que obtuvieron sus plazas por concurso. 

No se entiende, por otra parte, por qué el Instituto Superior de Música y no sólo la Sinfónica Juvenil se separan de la Secretaría de Educación, si ésta es la dependencia responsable de “organizar el Sistema Educativo Estatal en todos sus niveles y modalidades”, y en el puerto no se ha recibido con agrado el proyecto de remplazar al IVEC por un organismo con sede en la capital del estado.

(Política, viernes 27 de enero 2006)

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