El año pasado se titularon trece músicos egresados de la Facultad de Música, una cifra importante, porque en toda la historia de la institución sólo se han titulado un total de 126 egresados—el primero de ellos fue Raúl Ladrón de Guevara en 1962.
En otras palabras, la Universidad Veracruzana produce cada vez más músicos y a eso hay que agregarle los egresados del Instituto Superior de Música del Estado de Veracruz, por lo que estas instituciones corren el riesgo de convertirse en verdaderas fábricas de desempleados, si no se crea un programa para ayudar a los egresados a insertarse en el mercado del trabajo.
Por suerte, hace diez años se creó la Orquesta Sinfónica Juvenil del Estado de Veracruz, que el año pasado logró superar la crisis que se originó cuando la Legislatura redujo el presupuesto del instituto, pues los jóvenes músicos integraron entonces un comité presidido por la chelista Patricia Yvisson, quien logró hablar con el gobernador, y él intervino para que se les pague todo el año y no sólo ocho meses, como se pretendía.
A pesar de todo, queda mucho por hacer, pues mientras en otros países como Francia existen asociaciones civiles cuyo propósito es abrirles puertas y promover a los jóvenes talentosos, los músicos egresados de la Universidad Veracruzana tienen que arreglárselas como pueden.
¿Qué hacer por ellos o con ellos?
Tal vez habría que tratar de crear una asociación civil como las que operan en Francia, pero no hay muchas personas como Pepita Serrano, que por medio del SIVAM ha becado a varios cantantes y a un violinista destacado, Francisco Ladrón de Guevara. No queda otra por eso que recurrir a las mismas instituciones en que se han formado esos músicos.
La Facultad de Música organiza un concurso anual para seleccionar a uno o dos solistas que interpreten alguna obra con la Orquesta Sinfónica de Xalapa, pero la Orquesta Sinfónica Juvenil del Estado de Veracruz no ha tenido como solista a ningún músico egresado de nuestra universidad, aunque debería funcionar como escuela no sólo para los integrantes, sino también para otros egresados de la facultad de música que puedan actuar como solistas, y lo mismo la Sinfónica “Daniel Ayala” y las otras arriba mencionadas.
Además, el Instituto Veracruzano de Cultura podría aprovechar por lo menos a los jóvenes más destacados que egresan de la Universidad Veracruzana para realizar una mayor difusión cultural organizando un grupo de concertistas o solistas semejante a los del Instituto Nacional de Bellas Artes.
Un concertista de medio tiempo recibe ahí un salario de unos siete mil quinientos pesos mensuales más prestaciones a cambio de unos veinte “servicios”, es decir que un concertista puede ofrecer un recital en veinte lugares diferentes o participar en los recitales de otros solistas como acompañante o integrante de algún grupo de música de cámara – trío, cuarteto, etc .
Los concertistas o solistas del Instituto Veracruzano de Cultura serían contratados por períodos de un año y sus contratos serían renovables por otros dos períodos anuales, después de lo cual podrían optar a una plaza de tiempo completo, si las circunstancias lo permiten.
Posteriormente, se podrían presentar en la Sala Ponce del Palacio de Bellas Artes dentro de un ciclo de "Jóvenes talentos" que se organizaría con la Coordinación Nacional de Música, cuyo titular es Gustavo Rivero Weber. Lo que digo no es nada utópico, pues Citlali Guevara ya estuvo tres años como solista de la SEC y hay que restablecer esas plazas, aunque sea como becas.
Del mismo modo que hay plazas para los integrantes de la Orquesta Sinfónica Juvenil del Estado de Veracruz debe haber plazas de solistas. No olvidemos que Roberto Bravo usó plazas de enseñanza media para fundar la Orquesta Sinfónica Juvenil del Estado de Veracruz y la Orquesta de Guitarras.
Hizo bien, hizo muy bien, y yo creo que hay que hacer algo parecido para crear un equipo de solistas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario