La Secretaría de Educación y Cultura debe hallar los mecanismos legales para que las instituciones de enseñanza superior de carácter privado que operan en el estado realicen una mayor difusión científica y cultural.
Debido a que la Universidad Veracruzana ha tenido que restringir el acceso a las aulas mediante un examen de admisión, han proliferado en el estado las instituciones privadas de enseñanza superior que no requieren inversión en instalaciones ni contratan docentes de tiempo completo, por lo que hacen un negocio redondo.
No se les debería llamar universidades, porque la Universidad Veracruzana, como cualquier institución de este tipo, tiene como funciones básicas la investigación, la enseñanza y la difusión científica y cultural, pero estas instituciones por lo general sólo se dedican a la enseñanza en detrimento de la investigación y la difusión del conocimiento, y es necesario que de algún modo se establezcan los instrumentos legales para corregir esta situación.
Por otra parte, los egresados de las Facultad de Artes Plásticas y de la Facultad de Música de la Universidad Veracruzana se enfrentan a un panorama desolador, pues no hay empleos. Obviamente, este problema se podría resolver si las universidades privadas se obligaran a destinar un porcentaje de su presupuesto para ofrecerle a sus estudiantes no sólo clases, sino también conciertos y recitales, exposiciones de pintura, grabados y fotografías, conferencias y películas.
El problema es que la Secretaría de Educación y Cultura no puede hacer mucho para que las universidades privadas realicen una mayor difusión científica y artística, pues éstas tramitan su registro en la Secretaría de Educación Pública y no necesitan la autorización estatal.
Lo que sí tramitan aquí es el reconocimiento de validez oficial para algunas materias y para otorgar estos reconocimientos se debería estipular como requisito que las instituciones realicen una mayor labor de difusión científica y cultural.
Además, la SEC sí puede convocar a una reunión a las universidades privadas paras tratar de llegar a un acuerdo mediante el cual se comprometan a destinar un porcentaje de su presupuesto a la difusión científica y cultural, y la legislatura del estado también puede legislar al respecto.
Y lo que digo sobre las “universidades” se aplica desde luego a todas las escuelas particulares, pues creo que por lo menos de vez en cuando deberían ofrecer a sus alumnos algún concierto o exposición.
(Política, martes 18 de enero 2005)
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