La estatua de Murillo
Vidal robada el 17 de septiembre será remplazada por otra que ya se le encargó a la escultora Edith Vázquez.
En cambio, a nadie se le ha ocurrido
reponer el busto de Maples Arce que se encontraba en la plazuela ubicada entre González
Ortega y José Ortega donde estas calles desembocan en la de Alfaro, frente a la Biblioteca de la Ciudad, y que fue robado hace años.
El poeta no tiene para el gobierno del
estado la misma importancia que el político, aunque se desempeñó como
Secretario de gobierno con el gobernador Heriberto Jara y luego hizo carrera en
la diplomacia como embajador en Francia y otros países.
Tampoco le interesa al ayuntamiento.
Lo peor de todo es que sus obras también se han olvidado.
La UNAM incluye la antología del estridentismo de Luis Mario
Schneider en su biblioteca del estudiante Universitario, pero aquí no se ha reimpreso el número de La palabra y el hombre
dedicado al poeta y sus seguidores.
Aunque se pretende promover la lectura entre
los estudiantes de la Universidad Veracruzana, no se ha sabido aprovechar a ese
movimiento que puso a Xalapa en el mapa de la poesía moderna y urge una
reparación, un desagravio.
No podemos olvidar al poeta que supo
expresar la soledad del hombre perdido en el universo:
“Yo soy un
punto muerto en medio de la hora
Equidistante al grito náufrago de una
estrella
Un parque de manubrio se engarrota en la
sombra
Y la luna sin cuerda me oprime en
las vidrieras”
Y que describió la
separación de la amada:
Yo departí sus
manos,
pero en aquella hora
gris de las estaciones,
sus palabras mojadas se me echaron al cuello,
y una locomotora
sedienta de kilómetros la arrancó de mis brazos.
Es curioso que al mismo tiempo se festeje
a otros poetas que han obtenido diversos galardones.
El muralista Melchor Peredo propuso
fundir la estatua de Fox para remplazar el busto del poeta.
Habría que preguntarse más bien si es
apropiado erigir estatuas a lo loco.
Hace poco se develó
la escultura de un niño considerado el primer caso de gripe AH1N1 y antes la controvertida efigie del obispo y
antes la de Fox que un grupo de priístas derribó la
noche del 20 de octubre 2008.
También se han develado bustos de Lolita
Ayala y Zabludovsky en el Paseo de los periodistas.
Bernardo Luis López Arta sánchez que fundió las estatuas de Fox y el niño
“cero”, acaba de hacerle otra a Juanito.
Y no hay que olvidar al perro “Xico” de Cristina Pineda, tal vez la
única que tiene valor estético, la única obra de arte, aunque yo creo que funcionaría mejor
como un dije al lado de las joyas inspiradas en los sellos encontrados hace unos años en
estas tierras.
O tempora, O mores!
(Política, 15 de diciembre 2009).
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