domingo, 19 de agosto de 2018

El correo del libro, Amazon y la Reforma educativa

Hace unos días causó revuelo la noticia de que la tienda Armazón comenzaría a operar en México, es decir que empezaría a vender en el país libros en formato electrónico; en realidad, ya lo hacía, pero había que pagar en dólares, y ahora cobrará en pesos, y le prestará especial atención a los 70,000 títulos en español que tiene en su catálogo. Se trata, desde luego, de libros en formato electrónico que se pueden leer en tabletas Kindle que se pueden adquirir en las librerías Gandhi.
La empresa, que tiene en su catalogo unos 2 millones de libros en inglés y otras lenguas, ya empezó a vender obras como Memoria, de Sergio Pitol, y Las batallas en del desierto de José Emilio Pacheco. La noticia me recordó un programa de la Secretaría de Educación conocido como El correo del libro, que se encargó de la distribución de la colección Sepsetentas y otras publicaciones, para animar a los profesores a leer y actualizar sus conocimientos. Se les enviaba un boletín mensual de novedades con sinopsis de los libros y cupones para pedirlos.
De haber continuado ese programa, el avance tecnológico hubiera tenido como consecuencia que el mencionado boletín y los pedidos se hicieran por correo electrónico, y eso es lo que ahora va a hacer Armazón, que por otra parte se dirige a un público más amplio.
Desafortunadamente, en 1987 el programa se abandonó y sus recursos y funciones se transfirieron a EDUCAL, una cadena de librerías que ahora opera 90 puntos de venta, donde además se comercializan artesanías y baratijas. No he podido encontrar información en la red sobre El correo del libro; es necesario que alguien elabore una ficha para la Wikipedia, y ya se lo sugerí a un amigo. Lo que recuerdo es que Gonzalo Aguirre Beltrán inició en la Subsecretaría de Educación la publicación de la colección SepSetentas, y El correo del libro se estableció para distribuir y comercializar esas publicaciones. La Dirección General de Publicaciones estuvo luego a cargo de Ricardo Valero, cuando el Secretario de Educación era Muñoz Ledo, y ahí conocí a Samperio y conversaba con Jorge Brash, Mariángeles González y Laura Barcia.
En alguno de los artículos recopilados en Dinero para la cultura, Gabriel Zaid lamenta que se perdiera el directorio de los profesores que pedían libros.
La SEP no pretendió entonces evaluar a los profesores de todos los niveles, sino que se limitó a tratar de animarlos a que leyeran y se informaran. El programa se abandonó y ahora se culpa a los profesores por el bajo nivel de la enseñanza.
Hace unos meses, al tomar posesión como presidente del CONACULTA, Rafael Tovar y de teresa anunció que se actualizaría la agenda digital, whatever it means, y a lo mejor empiezan a publicar y vender libros en formato electrónico o por lo menos a promoverlos por medio de boletines electrónicos. Y lo mismo creo que deberían hacer la Universidad Veracruzana y el IVEC, que en la pasada Feria del Libro Infantil y Juvenil estuvo rematando sus libros a precios por debajo del costo de producción.
(La jornada veracruz,  21 de  septiembre 2013).

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