domingo, 19 de agosto de 2018

Programa Editorial del IVEC (Recortes y omisiones)


Como novedad, el Instituto Veracruzano de Cultura ha publicado este año una convocatoria a presentar obras escritas para su publicación dentro de su programa editorial 2012. Se trata, en apariencia, de responder así a una exigencia de transparencia en la selección de los títulos publicados, pues antes los autores interesados proponían alguna obra y ésta era sometida a la aprobación de un comité, pero no había un concurso como ahora. De cualquier modo, la convocatoria revela recortes a la cultura y una visión estrecha del mundo editorial, pues las veintidós obras seleccionadas se publicarán, sí, pero “con un tiraje de 500 ejemplares”. (Durante el sexenio pasado el tiraje de las ediciones era de mil ejemplares).. Lo peor de todo es que “Se firmaría un contrato elaborado por el Departamento jurídico del IVEC otorgando exclusividad de los derechos a este instituto durante 3 años”. Se trata en este caso de algo usual y aceptable cuando la publicación de alguna obra literaria es una empresa arriesgada y los editores procuran proteger su inversión. Las publicaciones del Instituto Veracruzano de Cultura no tienen fines lucrativos, sino que “el propósito es difundir… la riqueza de la creación literaria del estado”, por lo que es incongruente que se pretenda amarrar a los escritores durante tres largos años, impidiéndoles contratar otras ediciones, mientras se venden los cuatrocientos cincuenta ejemplares que quedarían después del pago en especie de los derechos. El IVEC no se obliga a promover y comercializar los libros a través de las librerías EDUCAL, por lo que sólo se venden en las ferias, y las ediciones tardan años en agotarse, si no se regalan a visitantes distinguidos. El precio de venta de los libros publicados por el IVEC es muy reducido y apenas rebasa el costo de producción; por eso no lo perjudicaría que apareciera otra edición del mismo libro hecha por otra institución o alguna empresa, ya que seguramente tendría un precio mayor, y eso repercutiría favorablemente en las ventas de su edición.
La gente compraría el libro más barato de haber otra edición, y el más barato sería siempre el del instituto. El apoyo del gobierno se haría así más evidente. Por otra parte, la convocatoria revela también una visión estrecha de la literatura o al menos descuido, pues no se menciona la posibilidad de presentar autobiografías o memorias. El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes publica una colección de Memorias mexicanas, que incluye obras como el Memorial del aventurero, de Juan de la Cabada (1899-1986), y La invención de sí mismo de Marco Antonio Millán (1913-1999), pero de eso al parecer nadie se acordó al redactar la convocatoria. Se menciona la posibilidad de publicar biografías y libros de entrevistas, lo que me parece acertado, pero no se aclara que también podrían presentarse obras autobiográficas o memorias como las mencionadas, que fueron elaboradas a partir de entrevistas. Quedan descartadas además las autobiografías y memorias propiamente dichas. En varias ocasiones he señalado que hay un déficit de este tipo de libros. Hace unos años el rector de la Universidad de Guadalajara se dio cuenta de que Arreola se nos iba y le pidió a Fernando del Paso que lo entrevistara y editara las entrevistas. El resultado es un libro titulado Memoria y olvido. Obviamente, hay que hacer lo mismo en otros casos, pero al redactar la convocatoria nadie se acordó de estos géneros. Imagínense que alguien entrevistara a Jorge López Páez o al joven pianista Fernando Apan y redactara luego una “autobiografía” como las mencionadas, o que un artista joven, pero que ha viajado y vivido en el extranjero, como Francisco Ladrón de Guevara escribiera una autobiografía precoz como la de Eugeni Evtuchenko y las de los escritores mexicanos que a fines de los sesenta publicó EDHIAPSA. Obviamente no podrían presentar sus libros a este concurso. La convocatoria no menciona además cómo se resolverían los casos no previstos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario